6.12.07

Victorinox

Entusiasta que soy de la practicidad, y usuario de navajas desde niño, entre las que se ven en la imagen, la Craftsman que me acompañará a partir de este diciembre.

En la familia siempre han estado presentes en distintos tamaños, hojas y modelos.

Recuerdo una que un día me enseñó mi abuelito Mundo (Pa'Mundo, Edmundo Carreón), la más extraña que había visto a mis 8 años. La pura hoja tenía la misma extensión de la palma de su mano y era exactamente igual a un Kukri. Tan extraña que nunca más he vuelto a ver una igual. Trabajador ferroviario de toda la vida, esa navaja era una herramienta inestimable para sus tareas de reparación de vías en tramos alejados de poblados.

La más pequeña que he visto ha sido una de mi papá, medía 3 cms en su hoja. La más popular en la familia ha sido la conocidísima 007, demasiado fácil de conseguir pero también estigmatizada por ser la favorita de gente con gustos ilícitos. En el rancho es sumamente útil para los trabajos del campo.

Bueno, que estrenaré mi Victorinox en unas semanas, para adicionarse a mi Wenger Délemont de 20 años.

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